El 2020 fue un año complejo, con grandes retos, cambios y oportunidades. En toda la región, el principal obstáculo fue la gran contracción de algunos mercados importantes a causa de la pandemia. Las telecomunicaciones se han convertido rápidamente en una herramienta vital e indispensable para las sociedades actuales. Nuevas soluciones para infraestructuras de telecomunicaciones fueron cada vez más necesarias para soportar las nuevas tecnologías y aplicaciones, algunas de éstas, ya forman parte de nuestra vida cotidiana en áreas como salud, seguridad, transporte, industria, entre otras. Todos los segmentos del mercado, como operadores de telecomunicaciones, ISPs y cooperativas se han enfrentado a grandes desafíos. 

Es de destacar el cambio de enfoque de las compañías de telecomunicaciones con tendencia a implementar cada vez más redes FTTx (Fiber to the X), siendo FTTH (Home), FTTB (Building) o FTTA (Apartment). Esto sin duda está relacionado a la necesidad de acceso a servicios de telecomunicaciones de calidad desde el hogar, donde se concentró gran parte del consumo durante los meses de aislamiento por la pandemia y podrán seguir por tiempo indeterminado. Además, se destaca el cableado en barrios y zonas residenciales a lo largo de todo el territorio. También es importante mencionar las áreas de salud y energía que han requerido mejorar y agregar valor a su infraestructura de telecomunicaciones por su rol vital para la sociedad durante la pandemia y por su carácter de misión crítica. 

Son las redes las que han tenido el rol clave de soportar la evolución de la sociedad, que seguirá avanzando. Expandir las redes hoy en día es un gran reto fuera de las grandes ciudades, donde aún existen problemas de conexión, donde encontramos territorios y regiones que carecen de buena conectividad. Es necesario nivelar socialmente para que nadie se quede atrás y poder implementar una sociedad 5.0, donde todo ser humano esté en el centro de las atenciones, y tener acceso a las redes y a la comunicación es su derecho esencial.

Una de las grandes tendencias en el futuro cercano es la tecnología 5G, considerando su llegada y su impacto en la infraestructura existente. La tecnología 5G permitirá ampliar exponencialmente los puntos de conexión a cada vez más dispositivos que quizá no se encuentren físicamente al final de la red, sino que serán inalámbricos. Esta tecnología requerirá de una infraestructura adecuada de data centers, de antenas, de cableados y de backbones de fibra óptica dado que se espera que se multipliquen mucho más las redes y la infraestructura existente. 

Otra tendencia son las conexiones híbridas. Cada vez más se utilizan equipos híbridos que combinan conexión de red física con wi-fi, y ésto ya lo detectamos en residencias o domicilios. Hay equipos en los que se prioriza el ancho de banda como cámaras de seguridad y vigilancia por ejemplo y otros que priorizan el alcance de cobertura cumpliendo bien su función con conexión inalámbrica. La convivencia de ambos tipos de conexión es una de las tendencias que llegó para quedarse. 

En conclusión, la especialización y foco en los diversos segmentos, sus necesidades y oportunidades es fundamental para encarar un nuevo año. También el trabajo en equipo con los canales brindando apoyo logístico, operativo y comercial será clave para lograr el objetivo de alcanzar con servicio de telecomunicaciones de alta calidad a la mayor parte del territorio.